sábado, 15 de diciembre de 2007

Los amigos de la red

Bueno, a los pocos días de comenzada la iniciativa y especialmente de haber emplazado a la lista de amistades con el mensaje general, ya se está presentando un problema que era previsible:

La mayoría de ellos, aunque proclives para dar ánimos y un apoyo general, realmente no están metidos en nada que puedan plantearse como una colaboración práctica y productiva con nosotros.


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[Aquí había una nota intercalada sobre los poetas, pero la he puesto como artículo independiente]
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Pero el objetivo inicial de este nota era hablar de "los otros", de aquellas personas de buena voluntad que no se dedican a nada relacionado con el teatro y las artes.

Hay dos posibilidades:

1.- Les gusta el teatro como simples espectadores, incluso puede que mucho.

2.- No les gusta el teatro, o ni siquiera lo saben porque viven completamente ajenos a él.

En éste último caso, la "buena voluntad" suele concretarse en algunos ejemplos tradicionales:

2.1.- Los padres o familiares que asisten a ver la función de los hijos o incluso ayudan prestando algún material, o confeccionando algo: ¿cuántas madres no cosieron para el vestuario de sus hijos? Puede que ni les guste el teatro (o ni se plantearían ese tema), pero es que son sus hijos.

2.2.- Lo mismo sucede a veces con las amistades. Si eres actor esas amistades con probabilidad irán a ver alguna de tus funciones, casi por compromiso, pero puede que por ahí le vayan tomando algún gustillo.

2.2.1.- En este entorno puede incluso suceder que algunas amistades, por su trabajo o relaciones, puedan echarte una mano en la etapa de la producción, al estilo de las "madres". En ese caso se convertiría en una amistad con "colaboración productiva".

2.3.- Por último, estarían personas más anónimas que podrían asistir a una función si se encuentran con una invitación en sus manos, obtenida quizás como premio por alguna actividad o adquisición o algo así.


Hablando específicamente del punto 2.3, en Manticore nos planteamos hace ya tiempo una estrategia que demostró ser tremendamente práctica. ¿Qué quiere la gente común? Dáselo CON UNA actuación o, más aún, A CAMBIO de una actuación.
Este esquema que bautizamos de "promoción radial" y cómo lo implementamos en su día y cómo conseguimos nuevos espectadores, incluso entre personas que al comienzo declaraban que no les gustaba el teatro, ya lo explicaré en otra ocasión.

Ahora vamos a centrarnos en el punto 2.2.1, la "amistad productiva" y vamos a contrastarlo con las prácticas en internet.

Para resumir, diríamos que existen dos internet, que conviven y se entrelazan con frecuencia:
La internet corporativa, empresarial y comercial; y la internet social.

Antes de la llegada de la Web, la internet social se concretaba en los BBS, listas de correo, Usenet, etc. Era muy activa y poderosa, pero exigía que primero encontraras el grupo de intereses y después de ahí surgirían las amistades (o los enemigos, que también es algo común).

Con la llegada de la Web, la Internet social fue desplazándose hacia ésta, los BBS fueron sustituidos por los Foros web, las listas de correo y la Usenet se ampliaron con Grupos y Comunidades web al estilo de los de Yahoo o MSN, y tantos otros.
Pero con este esquema aún hay que buscar primero el grupo de intereses, darse de alta y ya posteriormente surgirán las amistades virtuales.

Los portales web de "Contactos" invirtieron el orden. Al principio bastante enfocados hacia la localización de pareja o matrimonio, actualmente hay muchísimos orientados puramente a la amistad. En estos portales lo básico era localizar y gestionar los contactos, sin predefinir los intereses comunes.
Por su parte, surgieron portales de blogs personales de escritura y de fotos, de multimedia, etc.

Aunque cada una de estas ofertas parciales sigue estando vigente, en los últimos años se han creado portales web de amistades convertidos en verdaderos entornos productivos de peso medio, donde a la gestión de los contactos se le suman álbumes de fotos y multimedia, blogs personales, comunidades virtuales al estilo de nuestros clanes, etc.

Todo dentro de un solo entorno.

Uno de ellos es Netlog, pero hay más, algunos de los cuales se indican en la entrada comparativa que estoy poniendo.

El concepto de "amistad" entre los latinos contiene elementos que impiden un progreso claro y un mutuo beneficio.

Aquí hablo de "latino" en su acepción más estricta: desde los latinos originales (los italianos del Lazio y Roma), pasando por todas las zonas donde dejaron su cultura: toda Italia, Rumanía, Francia, España, Portugal, hasta los países donde estos últimos se extendieron y mezclaron, especialmente Latinoamérica.

Entre nosotros parece que está mal visto proponer una amistad "productiva": nadie tiene que hacer nada concreto por los demás, salvo que se nos pida como "favor". Y "favor con favor se paga". Pero no se cuantifica. Ya llegará el día en que se devuelva...

Por eso también está mal vista la "amistad interesada", esa persona que se hace amiga nuestra porque quiere sacar algún provecho, aunque no lo diga claramente.

La compensación es que también es inusual que se nos pida un favor fácil de realizar y que contestemos que no.

Por ejemplo, en una ocasión una amistad de Chile me pidió que llamara a un número de teléfono de España, pues desde su país no lograba contactar con su prima, y quería comprobar si el número estaba bien: por supuesto, yo hice la llamada.

Hubiera sido feo negarle ese favor a una amistad...

Por eso digo que habrá que pedir muchlos "favores" si queremos extender una red de amigos que ayuden al movimiento teatral de base.

Por eso digo que habrá que pedir muchos "favores" si queremos extender una red de amigos que ayuden al movimiento teatral de base.

Yo preferiría ser más sencillo y proponer desde el principio un intercambio "razonable" de favores mutuos, pero como ya sabemos cual va a ser la respuesta más general ( "yo no te hhago un favor porque vaya a recibir nada a cambio" ) habrá que dejar esas propuestas para un nivel más elevado de confianza.

Así que volvamos a nuestro ejemplo de la peluquera de buena voluntad.

Veamos un escenario clásico:
Un grupo de teatro aficionado de un barrio podría necesitar los servicios de una peluquera para diseñar o ejecutar los peinados de algunos de los personajes de su próxima obra. Todos los días pasan delamnte de una de las peluquerías de la zona, pero no se atreven a entrar porque realmente el dinero no les alcanza para tanto. Y como favor tampoco se atreven porque no la conocen o no tienen confianza con ella.

Peri si hubiera una amistad común, el panorama podría cambiar...
Hoy en día esas amistades comunes pueden estar en internet, a miles de kilómetros de distancia.

Podría ser que yo mismo, el que escribe, tuviera una amistad de profesión peluquera en un barrio de Santo Domingo y a la vez conocer al grupo de teatro de ese mismo barrio.

Yo no tendría problema en actuar como enlace.
Es más, yo no tendría problema en ser quien pidiera el favor... "Mira, Arelys, tengo un problemita y a ver si me haces un favorcito. Resulta que conozco a la gente del grupo de teatro de tu barrio y les estoy asesorando con su nuevo montaje. Hay un par de personajes que necesitan un peinado especial y ellos no saben bien cómo hacerlo. Me pregunto si tú podrías echarles una mano..."


"...Hay un par de personajes que necesitan un peinado especial y ellos no saben bien cómo hacerlo. Me pregunto si tú podrías echarles una mano..."

Pero de ahí es difícil deducir compromisos permanentes.
En primer lugar, habrá que confirmar que el Grupo quiera seguir
contando con esos servicios o con esa profesional en particular.

En caso afirmativo, la pelota está en el tejado de nuestra amiga ya no
tan virtual, lo más presumible será que, en el caso de aceptar, lo sea
"por esta vez y como favor".

La segunda opción sería que el favor se concretara en un descuento
sensible en el precio de sus servicios. Pero estamos en las mismas,
¿en la siguiente ocasión también estará dispuesta a hacerlo?
Hay que buscar un modo de compensación que resulte satisfactorio para
todas las partes involucradas, en este ejemplo las TRES partes.

¿Cómo? ¿Tres partes? El Grupo, la amiga peluquera... ¿cual es la
tercera parte involucrada?

En este ejemplo concreto, yo, que fui el mediador. Es decir en este caso yo representaría a la propia RED como una entidad.

Pero, ¿es esto conveniente, meter en medio a esta "tercera" parte?
¿No sería preferible que las satisfacciones y compensaciones mutuas se redujeran a las dos partes realmente afectadas? Podría ser, si ambas encuentran el modo y se sienten satisfechas.

Pero el abanico y las posibilidades se amplian enormemente si la propia red puede actuar como entidad agilizadora y/o productora de concertaciones...

Veamos, vamos a suponer que a nuestra amiga lo que más le interese en esos momentos sea satisfacer necesidades imposibles de abordar enteramente por el Grupo o alguno de sus componentes.

Supongamos como ejemplo que en su salón de belleza acaba de introducir un nuevo producto o tratamiento y desea realizar una promoción impresa en volantes para repartir por toda la zona. Puede que los miembros del Grupo puedan asumir el reparto de los papeles, pero ¿quién asume el diseño gráfico y sus costes, quién los costes de la imprenta?

Bueno, quizás tengamos diseñadores gráficos e impresores interesados en la red de amantes del teatro a quienes podamos recurrir...

Quizás de ese modo a todos nos interese que los favores mutuos no sean tan ocasionales e incluso que puedan alcanzar cierto status de compromiso permanente... lo que implicaría pasar a un segundo nivel en la red de amistades: empresas, negocios y profesionales adheridos a la red.

[Sigue en Los Negocios de la Red]

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